UNA MEZCLA DELICIOSA DE CUMBIA POP, RITMOS ANDINOS Y FLOW URBANO

Hay canciones que te hacen bailar. Y otras que, además, te hacen sonreír. “Cevichito”, la nueva colaboración entre Wendy Sulca y Micro TDH, tiene un poco de ambas cosas. Es fresca, divertida y tiene ese toque que solo puede venir del Perú. Una mezcla sabrosa de cumbia pop, ritmos andinos y flow urbano que celebra el plato más querido del país: el ceviche.

Desde los primeros acordes, “Cevichito” te transporta al verano, al mar, al sonido de las olas golpeando suave. A ese momento donde el sol pega fuerte, una jarra helada espera en la mesa y el ceviche recién servido brilla con su jugo de limón. “Siempre quise hacerle una canción al ceviche”, cuenta Wendy Sulca, entre risas. “Estábamos hablando de otra colaboración que ya viene pronto, y le conté la idea. A Micro le encantó. Y así nació ‘Cevichito’”.

Un homenaje musical con sabor peruano

Lo que empezó como una idea casual terminó convirtiéndose en una colaboración explosiva y única. Wendy, siempre curiosa, siempre reinventándose, encontró en Micro TDH al compañero ideal. El artista venezolano, conocido por su versatilidad y sensibilidad musical, no dudó ni un segundo.

La canción fue compuesta por Jorge Velarde Samanez junto a un grupo de autores en México y producida por La Kauza, equipo que conoce bien el universo sonoro de Wendy. “Yo escribí mi parte sobre una base que ya tenía mucha identidad”, explica Micro. “Cuando escuché los toques andinos, el charango, el saxofón… supe que estábamos haciendo algo diferente. Algo con alma”.

Y sí, “Cevichito” tiene alma. Tiene ese espíritu alegre que solo puede venir de una buena mezcla de culturas. Es una canción de amor, pero también una invitación a celebrar la vida, la comida y la identidad. “Queremos que el mundo asocie esta canción con el ceviche, que la escuchen cuando les provoque uno bien fresco, al sol, junto al mar”, añade Wendy con una sonrisa.

Un viaje visual por Ica y Paracas

El videoclip de “Cevichito” es un viaje sensorial. Dirigido por Gustavo de la Torre Casal y producido por Pasaje 18, muestra a Wendy y Micro disfrutando de los paisajes soleados de Ica y Paracas. El resultado es una postal de verano: risas, arena, mar y, por supuesto, ceviche.

Cada plano tiene algo que te hace sentir cerca. No hay poses forzadas, sino momentos reales. Sol, brisa, música y complicidad. Es una forma sencilla pero poderosa de mostrar al Perú tal como es: alegre, cálido y lleno de sabor.

El lanzamiento, además, contó con el apoyo de Voraz Snacks, una marca que apostó por acompañar esta fusión musical con tanto gusto peruano.

Una combinación que nadie esperaba, pero todos necesitaban

La unión de Wendy Sulca y Micro TDH es de esas que sorprenden. Dos mundos distintos que se encuentran en un punto perfecto. Wendy, con su energía inconfundible y esa autenticidad que la ha convertido en una figura icónica del pop peruano, y Micro, con su flow suave y su capacidad para adaptarse a cualquier ritmo sin perder su esencia.

Juntos logran algo especial: una canción que mezcla lo moderno y lo tradicional sin miedo. El resultado es un tema que suena actual, pero que guarda la raíz de lo andino. Como si el charango y la base urbana se entendieran sin palabras.

“Cevichito” no solo invita a bailar; también provoca hambre, nostalgia y orgullo. Es el tipo de canción que te hace cerrar los ojos y sentir que estás en casa, aunque estés lejos.

Más música, más sabor

Y esto, según ambos artistas, es apenas el comienzo. “Cevichito” llega acompañado de un anuncio que entusiasma a los fans: una segunda colaboración entre Wendy Sulca y Micro TDH se estrenará en marzo, en un evento especial.

“Esta canción tiene sabor, tiene identidad. Nos encanta cómo suena, y lo más importante: suena a Perú”, dicen emocionados. Y es cierto. “Cevichito” tiene algo que no se puede fingir: autenticidad.

Wendy y Micro lograron capturar la esencia del Perú en una melodía contagiosa, una de esas que no se te van de la cabeza fácilmente.

“Cevichito” ya está disponible en todas las plataformas digitales. Así que sírvete un buen plato, sube el volumen y deja que el ritmo haga el resto. Porque al final, la música —como el ceviche— se disfruta mejor cuando se comparte.