Katy Perry vuelve con fuerza. Su nuevo sencillo, “Bandaids”, no solo marca su regreso al pop más emocional, sino también una nueva etapa en su carrera. Con esta canción, la artista muestra su versión más honesta, vulnerable y cinematográfica, acompañando el lanzamiento con un videoclip que rinde homenaje a la icónica saga Destino Final.
“Bandaids” llega sin tanto ruido mediático, sin grandes campañas previas. Simplemente apareció, como suelen hacerlo las canciones que pesan más por lo que dicen que por cómo se anuncian. Y eso la hace aún más especial.
Un regreso que se siente diferente
Después del lanzamiento de su álbum 143 en 2024, Katy Perry parecía tomarse un respiro. Sin embargo, la cantante regresa ahora con una propuesta que deja claro que sigue teniendo mucho por decir. “Bandaids” fue lanzada en medio de su gira mundial y se siente como una carta abierta al amor, al desamor y al aprendizaje que queda después de una ruptura.
La canción, desde sus primeras líneas, transmite vulnerabilidad. Katy canta sobre esas relaciones donde se intenta todo —absolutamente todo— para mantener vivo lo que ya no tiene pulso. “Hand to God I promise I tried / There’s no stone left unturned”, confiesa con una mezcla de dolor y aceptación.
Y es que “Bandaids” no solo habla de un amor que terminó, sino de lo que sucede después: el proceso lento y confuso de curarse, de poner parches sobre heridas que todavía duelen. “Bleeding out slow / Band-Aids over a broken heart”, canta con una calma que suena a rendición, pero también a liberación.
Un videoclip con guiños oscuros y mucha metáfora
El videoclip oficial, dirigido por Christian Breslauer junto a la propia Perry, es toda una experiencia visual. Lejos de los escenarios coloridos y luminosos que solían acompañar sus lanzamientos, aquí se sumerge en un universo cargado de tensión, peligro y simbolismo.
La referencia a Destino Final no es casual. Katy aparece en situaciones extremas: una cocina donde el triturador de basura se convierte en una trampa, una escalera mecánica que atrapa los cordones de sus zapatos, un accidente automovilístico, una estación de servicio que termina en explosión. Cada escena es un recordatorio visual de cómo a veces las emociones pueden sentirse igual de caóticas y fuera de control que una secuencia de esa saga.
Entre tanta tragedia cinematográfica, hay un detalle que destaca: una margarita blanca creciendo entre las piedras del camino, una imagen tierna que muchos interpretan como un guiño a su hija, Daisy. Es el pequeño respiro en medio del caos, la vida que florece incluso después de las explosiones emocionales.
Entre la herida y la aceptación
A lo largo de la canción, Perry canta sobre el intento constante de salvar algo que ya no puede repararse. Habla de haber bajado sus expectativas, de haberse justificado una y otra vez, hasta quedarse sin nada más que dar. Sin embargo, también deja un mensaje de aceptación:
“If I had to do it all over again / I would still do it all over again.”
Esa frase lo cambia todo. No hay resentimiento, no hay rencor. Solo la claridad de saber que, a pesar del dolor, el amor valió la pena. Que lo vivido deja cicatrices, sí, pero también aprendizajes.
“Bandaids” se siente como una conversación interna. Como ese momento en el que uno deja de buscar culpables y simplemente se permite sentir. Hay tristeza, pero también paz.
La evolución de una artista
Lo más interesante de este lanzamiento es cómo Katy Perry se reinventa sin perder su esencia. La artista que alguna vez jugó con el pop más colorido y extravagante ahora se muestra más introspectiva, más madura. Hay una evolución evidente en su narrativa, en su sonido, y sobre todo en la forma en que se conecta con su público.
“Bandaids” no es un himno de fiesta ni un golpe comercial inmediato. Es una canción que necesita escucharse con calma, con los audífonos puestos y el corazón abierto. Porque ahí es donde se siente su verdadera fuerza.
Una etapa que promete
“Bandaids” parece marcar el inicio de algo más grande. Un nuevo capítulo donde Katy Perry se permite explorar su vulnerabilidad, usar el pop como espejo emocional y, sobre todo, contar historias con una profundidad distinta.
El videoclip, con su estética oscura y referencias cinematográficas, acompaña perfectamente esa idea: la de reconstruirse entre los restos. De hecho, el cierre del clip —cuando todo explota y ella, en medio del caos, sigue adelante— es casi una metáfora de su carrera: cae, arde, pero siempre vuelve a levantarse.
David Bisbal lanza “Navidad sin ti”, una versión llena de emoción y calidez del clásico de Marco Antonio Solís, incluida en la reedición de su exitoso álbum “Todo es posible en Navidad”.
Comentarios de las entradas (0)